martes, 28 de febrero de 2012

Ataques y defensas



Vayan todos mis respetos al chaval “representante” de los chavales que tanto revuelo han causado en esta ciudad los últimos días, bastante tiene con “lidiar” con los medios y dar la cara a diario haciendo declaraciones.  Sus palabras son noticias a nivel nacional y, como es lógico por su juventud e inexperiencia, “fácilmente” se le encuentran contradicciones y desaciertos.
Pero lo realmente preocupante es que también a diario se ponga de ejemplo de “radicalidad” e “instigamiento” a este chaval que, que yo sepa, no ha dicho una palabra más alta que otra en todo este embrollo.  Otros, diciendo las cosas en rueda de prensa y con total tranquilidad pueden hacer más daño sin "instigar" directamente a ningún "grupo antisistema".
Más preocupante es que las acusaciones vengan de ppolíticos, pperiodistas no versados, sino “versadísimos” en la palabra, generalmente “ppalabra” sin ningún tipo de rubor, utlizando la descalificación permanente del “enemigo”.
Se empeñan en LP (y en muchos otros medios afines) en cargar contra un chaval (o varios) y lo hacen con toda su artillería, empezando por su primera página y aprovechando que la balanza es muy desigual, con legiones de redactores que hablan de “repetidores”, “sin ganas de trabajar”, “amigos del botellón”, “antisistema”, etc., etc.  Que no se le ocurra a estos chavales haber bebido más de la cuenta en alguna fiesta y que lo pillen por ahí en alguna foto.... ya me imagino el titular: “El representante de los estudiantes..... es un claro ejemplo para ellos, jua, jua”.
Son los mismos que reconocen aquello de “yo era de letras”, para contrastar que no saben sumar dos más dos.  Son los mismos que no reconocen sin rubor que sacaron la carrera de periodismo “a duras penas” o que se burlan del político de turno sin título y no dicen nada de la inexistencia del suyo, se burlan de las “colocaciones” a dedo de los políticos (por supuesto de los otros),  cuando ellos empezaron en el periódico o medio de comunicación porque “mi papa conoce...”.
Por no hablar de declaraciones desafortunadas de políticos y/o cargos públicos en ejercicio que, desde mi punto de vista, se les debe exigir un “plus” de responsabilidad y no pasear los tópicos más rancios sin que les caiga la cara de vergüenza ya que se sienten “apoyados” por la legión de “defensores” de las “personas de bien”.
Estos episodios lo que producen son tristeza, no solo por el echo en sí, sino por las reacciones posteriores en las cuales cada cual se posiciona “en un bando”, sin mirar si por esta vez “los míos” han obrado bien o no.